Los países nocturnos de Carlos Marzal

LA MAGIA DE LOS DIAS

La magia de los días no se encuentra
oculta en la excepción de nuestros días mágicos.
La magia no reside en las ciudades
que, mágicas, preserva la memoria,
porque en ellas vivió nuestro fantasma
y, en aquel tiempo ardido, ardió feliz.
No has de buscar la magia de tus días
en la noche feroz y su embeleso,
en citas victoriosas,
en batallas de cama hasta crucificarte.
La magia, en la aventura, es transparente,
y no hay que ser un mago para verla.
Las mañanas radiantes, los caballos,
los barcos que se pierden en la bruma
son mágicos por sí.

A través de los días, es casi imperceptible
la magia de los días. Vive en lo rutinario,
monótona y sin voz entre lo oscuro.
Lo mágico consiste en proseguir
con la respiración , aliento por aliento,
en la perseverancia que nos mantiene en pie,
en la conciencia absurda que nos muestra
como una inútil pieza prescindible
del engranaje absurdo de este mundo.
Es mágico el afecto renovado
que algunos nos profesan, y permite
distraer por instantes
el curso, enfurecido, de la vida.
Recuérdalo a menudo-y recordar es mágico-:
recuerda que tus días
se esfumarán al fin entre tus dedos,
como por arte de una magia negra.

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